El tiempo siempre es algo ominoso;
erosiona impasible, retuerce vil;
su lengua es látigo en tu espalda servil
que te fuerza a cavar tu propio foso.
El tiempo es dueño contrario al reposo.
Para él un segundo, que a ti son mil.
Colosal cual universo, su fusil
abyecta tu alma a un fin lastimoso.
El tiempo es tan ciego o más que el amor
y desconoce de número o raza,
de sueño, de miedo o de ningún sabor.
Él tiene el pincel que todo lo traza;
compárate con él, saldrás perdedor.
El tiempo: cazador que todo caza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario